La Empresa Eléctrica de La Habana informó sobre una avería significativa en la subestación de Marianao, ubicada en 130 y 35, que ha interrumpido el servicio eléctrico en tres importantes circuitos de esa localidad. Este problema, aunque temporal para los residentes de la capital, pone en evidencia una realidad que los cubanos enfrentan a diario en muchas otras provincias: cortes prolongados, interrupciones inesperadas y la constante incertidumbre sobre el suministro eléctrico. Zonas afectadas por la avería Según el informe, los circuitos afectados por el fallo en la subestación son los siguientes: Circuito A 500: Este incluye a los residentes de calle 33, desde 130 hasta 144 A, y calle 31, desde 120 B hasta 130. Circuito D 1280: Cubre desde calle 132 hasta 144, y de 37 hasta 57, además de las áreas entre calles 103 y 57, y de 120 a 136, en el reparto Toledo. Circuito 1856: Impacta a los habitantes de calle 25, desde 130 hasta 118; de 118 hasta 100; de calle 39 hasta 83 A; de 100 hasta 102; y de calle 107 hasta 123. Los trabajos de reparación ya están en marcha, pero no se ha proporcionado una estimación exacta del tiempo que tomará restablecer el servicio. La Empresa Eléctrica de La Habana aseguró que su personal trabaja sin descanso para solucionar el problema, a la vez que pidió comprensión a los clientes afectados por las molestias ocasionadas. Una realidad que va más allá de La Habana Mientras que para muchos habaneros estas interrupciones pueden parecer un incidente puntual, para los cubanos de otras provincias, especialmente en las regiones orientales, los cortes eléctricos son un fenómeno constante. La vida diaria de quienes residen en provincias como Santiago de Cuba, Holguín o Guantánamo está marcada por extensos apagones, a menudo sin previo aviso y sin alternativas claras para hacer frente a la falta de electricidad. "Lo que los habaneros sufren por unas horas es lo que enfrentamos a diario", comentó un residente de Santiago de Cuba, quien explica que la falta de energía eléctrica afecta no solo el confort, sino también actividades esenciales como la conservación de alimentos, el acceso al agua y la comunicación. En muchos hogares fuera de la capital, los apagones no solo se extienden por más tiempo, sino que también afectan en momentos clave del día, dificultando la vida de estudiantes, trabajadores y familias enteras que deben reorganizar su vida en función de un suministro eléctrico incierto. La situación se agrava con las altas temperaturas, que convierten la falta de electricidad en un problema aún más crítico. Problemas estructurales del sistema eléctrico cubano La situación del sistema eléctrico en Cuba refleja problemas estructurales acumulados durante años. La falta de mantenimiento, la carencia de piezas de repuesto, las restricciones en el acceso a combustibles y la dependencia de un sistema envejecido han creado una tormenta perfecta que afecta al país de manera recurrente. La Empresa Eléctrica de La Habana, al igual que sus contrapartes en el resto del país, enfrenta desafíos constantes para garantizar la estabilidad del servicio. La reciente avería en Marianao pone en evidencia que incluso en la capital, donde los recursos suelen estar más concentrados, el sistema no está exento de fallos. Mientras tanto, los cubanos continúan esperando no solo soluciones inmediatas, sino también una estrategia de largo plazo que permita mejorar la resiliencia del sistema eléctrico, haciendo que situaciones como esta dejen de ser parte de la rutina diaria.