La situación humanitaria en la Franja de Gaza se ha deteriorado hasta alcanzar niveles alarmantes, con los niños como las principales víctimas de la violencia, el desplazamiento y la escasez. De acuerdo con datos recientes de UNICEF y otras agencias internacionales, al menos 16.756 menores han perdido la vida desde el inicio de la escalada bélica en octubre de 2023, una cifra que supera las muertes registradas entre adultos y que ha llevado a la ONU a declarar a Gaza como "el lugar más peligroso del mundo para ser niño". La ruptura del alto el fuego en enero de 2025 marcó el regreso de los bombardeos en zonas densamente pobladas como Khan Younis, la ciudad de Gaza y Al Mawasi. En esa primera semana del año, 74 niños murieron en ataques, y ocho recién nacidos fallecieron por hipotermia, evidenciando la dramática combinación de violencia directa y condiciones extremas. Las zonas calificadas como “seguras” no han ofrecido ninguna garantía real de protección para la población infantil. El bloqueo a la ayuda humanitaria, intensificado desde marzo, ha agravado aún más la emergencia. Según Save the Children, más del 80% de la ayuda alimentaria necesaria no logra ingresar al enclave, dejando a más de un millón de menores sin acceso a comida, agua, medicamentos ni refugios adecuados. En este contexto, 71.000 niños sufren desnutrición aguda y ya se reportan muertes por inanición en el norte de Gaza, donde la hambruna es inminente. El colapso del sistema de salud y educación ha dejado a la niñez sin ningún tipo de red de protección. El hospital Kamal Adwan, que contaba con la única unidad pediátrica en el norte de Gaza, dejó de operar tras una incursión militar en diciembre. Más de 625.000 niños no tienen acceso a la escuela, y prácticamente todos padecen traumas psicológicos profundos, producto de la pérdida de familiares, desplazamientos forzados y el temor constante a la muerte. Las organizaciones humanitarias continúan pidiendo un alto el fuego inmediato, acceso sin restricciones a la ayuda y la liberación de todos los rehenes, incluidos dos niños aún retenidos. Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, advirtió: “Los niños no solo mueren por las bombas, sino por el hambre, el frío y enfermedades que se podrían prevenir”. Por su parte, Philippe Lazzarini, de UNRWA, fue contundente: “Esto es una guerra contra la infancia”. En medio del creciente clamor internacional, la tragedia de los niños de Gaza exige una acción urgente y sostenida de la comunidad global. Sin paz ni asistencia humanitaria masiva, esta generación corre el riesgo de perder no solo su presente, sino también su futuro. #Gaza2025 #InfanciaEnCrisis #EmergenciaHumanitaria #UNICEF #AltoElFuegoYa