Al menos 350 personas han sido detenidas en Pakistán en el marco de una nueva caravana popular que exige la liberación de Imran Jan, ex primer ministro y destacado líder opositor. El convoy, que avanza hacia Islamabad, la capital del país, está encabezado por Bushra Bibi, esposa de Jan, y Ali Amin Gandapur, ministro principal del estado de Jíber Pajtunjua y figura prominente del Movimiento por la Justicia de Pakistán (PTI), el partido político liderado por el exmandatario. Las autoridades han desplegado un amplio dispositivo de seguridad en la ciudad, mientras han restringido parcialmente las comunicaciones en varios barrios y suspendido el derecho de reunión para grupos de más de cinco personas, según un comunicado oficial de las fuerzas del orden. Detenciones masivas y tensión política Entre los detenidos se encuentran líderes locales del PTI como Nafisa Khattak, así como familiares de figuras clave del partido, como un sobrino y un cuñado de Amir Mughal, presidente de la sección de Islamabad del PTI. La policía ha confirmado que las detenciones buscan prevenir posibles disturbios en la capital. Esta movilización, una de las más significativas desde que Shebhaz Sharif asumiera el cargo de primer ministro en febrero, subraya la creciente tensión política en el país. Imran Jan, quien enfrenta más de 150 casos judiciales por presuntos delitos de corrupción e incitación a la violencia, acusa al actual gobierno de perseguirlo por motivos políticos. Crisis política y denuncias de persecución Jan, quien gobernó Pakistán entre 2018 y 2022, ha denunciado en reiteradas ocasiones que su encarcelamiento es parte de un complot liderado por su principal adversario político, Nawaz Sharif, hermano del actual primer ministro. Según el exmandatario, cada vez que un tribunal ordena su liberación, las autoridades presentan nuevos cargos para mantenerlo tras las rejas, perpetuando un ciclo que ya dura más de un año. La caravana en apoyo a Jan resalta la polarización política en Pakistán, donde las acusaciones de corrupción y abuso de poder son habituales entre los principales partidos. Mientras tanto, el país enfrenta desafíos económicos y sociales significativos que han exacerbado la inestabilidad. La movilización en Islamabad pone de manifiesto que la figura de Imran Jan sigue siendo un punto de agitación política y un símbolo de resistencia para sus seguidores.